Queremos reducir la huella medioambiental de nuestra producción y nuestras actividades empresariales, por el bien de las próximas generaciones, pero también para nuestra empresa. Al fin y al cabo, todos vivimos y trabajamos en el mismo planeta. La mayor parte de nuestro impacto se debe a las emisiones de gases efecto invernadero, el consumo de agua y la calidad de las aguas residuales, así como al uso de productos químicos. Por todo esto, nuestra actuación en el área de positive making comienza precisamente ahí.
Las fibras y los materiales sostenibles son un instrumento esencial para reducir nuestra huella ecológica en la producción y el procesamiento de las materias primas. En relación con la actuación medioambiental de nuestros proveedores, confiamos en tres principios: medir, evaluar y reducir. El primer foco de atención para la protección del medio ambiente son nuestras propias actividades. Así, para 2030 nos hemos marcado el objetivo de ser una empresa sin huella de carbono en nuestras ubicaciones, transporte y movilidad de los empleados, así como en los centros de datos externos y servicios en la nube. Ya hemos conseguido reducir las emisiones de CO₂ procedentes de ubicaciones y transporte un 55 % entre 2006 y 2020.
Para 2040, nuestros socios de la cadena de suministro también deberán tener huella cero. Para lograrlo, el requisito más importante es la transparencia sobre las fuentes y las cantidades de emisiones en la cadena de suministro.